lunes, 17 de septiembre de 2012

Aumento de la Asignación por Hijo: Algo quedó en el camino


por Fabiana Arencibia


Las modificaciones realizadas para percibir las asignaciones familiares por hijo provocan que una gran parte de los trabajadores cobren, desde el mes próximo, un monto menor al que venían percibiendo. Esta “redistribución de la riqueza” entre trabajadores llevará a que cada vez menos perciban asignaciones familiares o lo hagan por montos menos significativos.

El miércoles, en cadena nacional la presidenta anunció que a partir de este mes de setiembre se incrementan la asignación familiar por hijo cuyo monto máximo pasa de 270 pesos a 340 y la de hijo con discapacidad de 1080 a 1200 pesos.

Para la asignación por cada hijo se modificaron también los topes mínimos y máximos de ingresos para cobrarlas (de 100 a 200 pesos y de 5.200 a 14.000 pesos respectivamente) y se agregó un tramo en la escala salarial para cobrar este beneficio.

En el caso de hijos con discapacidad, los topes salariales mínimos desaparecieron (hasta ahora eran 100 pesos), como venía sucediendo con la inexistencia de máximos salariales para su cobro. Además, el último sueldo en la escala ascendió de 4.000 a 4.400 pesos

Sin embargo, algunos elementos quedaron en el camino del anuncio presidencial.

Empecemos comentando que solo se mencionaron los cambios contenidos en uno de los decretos firmados por el Poder Ejecutivo (1668/2012) que es el que detalla los nuevos valores en las escalas salariales para cobrar las asignaciones por hijo y los nuevos montos del beneficio.

Nada se mencionó respecto a otro decreto firmado (1667/2012). Esta norma cambia el mecanismo hasta ahora establecido que beneficiaba al padre/madre que menor sueldo recibiera y por lo tanto mayor asignación pudiese cobrar.

A partir del nuevo decreto para determinar cuánto se cobra y si se está dentro de los topes máximos para tener ese derecho, se sumarán los ingresos del grupo familiar (padre y madre). Pero además no solo los que se perciban por el trabajo en relación de dependencia sino también lo que alguno de ellos cobre como monotributistas y/o autónomo o los correspondientes a Prestaciones Contributivas (desempleo, maternidad, incapacidad permanente, jubilación, entre otras) o no contributivas (personas carentes de recursos económicos propios suficientes, que no hayan cotizado nunca o el tiempo suficiente para cobrar prestaciones contributivas: como jubilaciones e incapacidad permanente).

Algo para resaltar del decreto 1667/2012: Si bien incorporó un último tramo a la escala por el cual podrá cobrar esta asignación el grupo familiar que reciba ingresos de hasta 14.000, la condición es que ninguno de los dos integrantes (padre y madre) en forma individual supere los $ 7.000. De ser así se invalida la posibilidad de percibir el beneficio por mas que no superen el tope de la escala máxima.

Algunos datos para el análisis

1º Los incrementos en los topes de ingresos máximos de cada una de las nuevas escalas (setiembre 2012) respecto a los anteriores (setiembre 2011) son en promedio del 15%, cuando no solo la inflación real sino también los acuerdos paritarios han superado el 20%. Esto trae como consecuencia ubicarse en escalas mas bajas y cobrar menos asignación. Por ejemplo, un trabajador que cobraba $ 2.800 recibía antes $ 270 por cada hijo. Para un incremento de su sueldo del 20% ($ 3.360) estará cobrando ahora $ 250.

2º La resolución de tomar como ingresos los del grupo familiar y no del progenitor que menos recibe, también ocasiona la baja en el monto de la asignación y en algunos casos la expulsión del régimen.

3º Se provoca una reducción en la mayoría de las familias en la que ambos padres tengan empleos registrados o uno de ellos sea trabajador independiente (autónomo o monotributista).

4º Con esta reforma se benefician:

*Quienes perciban la Asignación Universal por Hijo (desocupados, empleadas domésticas, trabajadores no registrados) pero siempre y cuando no compartan el grupo familiar con un trabajador registrado. Si se cumple esta condición cobrarán siempre la asignación máxima de $ 370 (lo que significa un incremento de 2,35 pesos diarios por cada hijo).

*Algunas familias con un solo sueldo de trabajo registrado.

*Algunas familias en las que ambos cobren más de $ 5.200 siempre y cuando ninguno de los dos cobren más de $ 7.000

5º Para tener en cuenta cuánto significan los incrementos por cada tramo de la escala en las asignaciones mensuales por cada hijo damos como parámetro el precio de un litro de leche común a un costo promedio $ 4.

Tramo 1- Ingresos del grupo familiar entre $ 200 y $3.200: Cobran $ 340 por cada hijo. El incremento es de $ 70 que equivalen a disponer de $ 2,35 pesos diarios más.

Tramo 2- Ingresos del grupo familiar entre $ 3.200,01 y $ 4.400: Cobran $ 250 por cada hijo. El incremento es de $ 46 que equivalen a disponer de $ 1,50 pesos diarios más.

Tramo 3- Ingresos del grupo familiar entre $ 4.400,01 y $ 6.000: Cobran $ 160 por cada hijo. El incremento es de $ 24 que equivalen a disponer de $ 0,80 centavos diarios más.

Tramo 4- Ingresos del grupo familiar entre $ 6.000,01 y $ 14.000: Cobran $ 90 por cada hijo. El incremento es de $ 90 (esta escala se agrega) que equivalen a disponer de $ 3,00 pesos diarios más.

6º Si uno de los integrantes del grupo familiar estuviese alcanzado por el Impuesto a las Ganancias y el otro estaría percibiendo asignación familiar por hijo, de acuerdo a esta reforma dejará de cobrar el beneficio.

Para que la asignación por hijo sea realmente universal deberían pagarse por todos y cada uno de ellos,
independientemente del nivel de ingresos y las formas de trabajo de sus padres (dependientes, autónomos, monotributistas, con trabajo registrado o sin registrar o empleadas domésticos). Bastaría eliminar la posibilidad para quienes perciben altos ingresos, de restar de la base sobre la que paga Impuesto a las Ganancias la deducción anual por cada hijo a su cargo que es de $ 7.200. Esto amortiguaría en gran medida el impacto de pagar asignaciones a todos los hijos más allá del ingreso de sus padres.

Algunos ejemplos

Pareja 1: cada uno de ellos cobra el salario mínimo de $ 2.670. Con ese ingreso antes percibían de asignación por cada hijo $ 270 (el máximo). Ahora percibirán $ 160 (el tercer tramo de la escala).

Pareja 2: uno de ellos cobra la media salarial estimada para marzo de este año de un trabajador del sector privado de $ 4.700 y el otro $ 5200 (último tramo de la escala anterior). Antes percibían por la asignación $ 136 y ahora percibirán $ 90.

Pareja 3: si uno de ellos cobra $ 2.800 (tramo más alto de la anterior escala) y el otro $ 3.200 (tramo más alto de la escala actual) pasan de cobrar $ 270 a percibir $ 90 por cada hijo (la asignación más baja).

Pareja 4: uno cobra $ 5.100 y el otro $ 7001. Antes recibían $ 136. Ahora no cobrarán nada.

Pareja 5: uno trabaja en relación de dependencia y cobra el salario mínimo de $ 2.675. El otro es monotributista de la categoría más baja y se calcula que factura $ 2000. Antes cobraban $ 270. Ahora cobrarán 160.

En un comunicado hecho público durante el día de hoy por parte de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) se toma el ejemplo de dos trabajadores registrados en la actividad de maestranza con 10 años de antigüedad (encuadrados en el convenio respectivo). Hoy el salario de cada uno de ellos ronda los $ 2.600 en mano ($ 3.025 brutos). Si tienen tres hijos, hasta ahora percibían $ 612 por asignaciones familiares ($ 204 por cada uno). De esta manera, la asignación por hijo les representaba más del 10% del ingreso familiar neto. A partir de ahora, este hogar pasará a la última categoría de la escala sumando los ingresos de ambos ($ 6.050). Y pasarán a cobrar $ 270 de asignaciones familiares ($ 90 por cada hijo). Es decir van a cobrar $ 342 menos que ahora. Esta situación se agrava a medida que crece la composición del grupo familiar. Si esta familia tuviese 5 hijos, el monto a percibir por asignaciones familiares pasa de $ 1.020 ($ 204 x 5) a $ 450 ($ 90 x 5). Es decir, casi $ 600 menos.

Para la central sindical, esta reforma “consolida una tendencia de paulatina licuación del sistema y su reemplazo por un programa de sostenimiento de ingresos para los trabajadores que poseen ingresos inferiores al salario mínimo, vital y móvil. De continuar por este camino, pronto serán muy pocos los trabajadores registrados que perciban asignaciones familiares, y quienes lo hagan recibirán montos cada vez menos significativos. Esto implicará un ahorro para el Estado, que en cierta medida podrá ser redistribuido a los trabajadores desocupados o a los trabajadores no registrados que perciben un ingreso inferior al salario mínimo”.

Ayer durante su discurso, la presidenta insistió en que existe una justa distribución de la riqueza entre el capital y el trabajo pero desigualdad entre los propios trabajadores.

Nosotros decimos que la continuidad de este camino llevará a empujar a los trabajadores a repartirse las migajas del banquete del capital en una suerte de redistribución de la “riqueza” entre los laburantes.

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