miércoles, 4 de enero de 2012

Falta una ley de investigación biomédica

por Jorge Yabkowski

La confirmación de la multa al Laboratorio Glaxo es importante pero insuficiente. Lo que hay que decir es que no existe una legislación nacional que regule la investigación biomédica.
Dice John le Carré en el epílogo de su novela "El Jardinero Fiel" (llevada al cine con el protagonismo de Ralph Fieness) "...al adentrarme en la jungla de la industria farmacéutica llegué a la conclusión de que mi relato, comparado con la realidad, era tan inocuo como una postal de vacaciones".

Quienes hayan leído el libro o visto la película recordarán el tendal de muertos y enfermos que deja una investigación sobre una nueva droga en los barrios pobres de Nairobi.

Para quienes piensan que eso ocurre sólo en África tenemos que decirles que no es así. Los bebés muertos en Santiago del Estero que denunciáramos en el 2007 fueron apenas la punta de un iceberg de corrupción y manipulación que incluyó al Ministro de Salud de la Provincia, Dr. Smith, al Gobernador Zamora, que avaló ese estudio con decretos gubernamentales, al jefe principal del equipo investigador, el Dr. Tregnaghi quien, expulsado de Córdoba por el entonces intendente Juez y sus equipos de salud (los doctores Jiménez y Barri), recaló en la provincia norteña donde, a cambio de los jugosos euros de la multinacional Glaxo, cometió toda clase de tropelías contra la ética de la investigación.

Inventó consentimientos de pacientes analfabetos, amenazó a madres que no iban a los controles, impidió que los médicos del Hospital de Niños atendieran a los pacientes bajo protocolo falleciendo varios por retardo de la atención.

Lo dijimos en el 2007 y como Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA) denunciamos los casos ante la ANMAT, financiando con dineros sindicales el viaje a Buenos Aires de los familiares damnificados. Tregnaghi nos hizo juicio por calumnias e injurias y lo perdió. Glaxo intentó reunirse con nosotros, invitación que rechazamos prolijamente.

Hoy, el juez Aguinski confirma la multa resultado de esa investigación de la ANMAT. Pero Argentina sigue sin una Ley Nacional de Investigación Biomédica.

No hay figura del Código Penal que castigue a los investigadores inmorales, a sus financiadores y protectores políticos.

Glaxo ganará con la vacuna el valor de cien mil multas. Y los culpables de usar a nuestro niños pobres como conejitos de indias ni siquiera pasarán por un juzgado.

Esa es otra deuda de la democracia argentina.

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