jueves, 17 de noviembre de 2011

Lo que jode es la injusticia


por Hugo "Cachorro" Godoy

Jueves 3 de noviembre: los trabajadores de la Salud de Córdoba realizan una nueva jornada de protesta. Ya van siete semanas reclamando que el gobierno de esa provincia atienda sus justas demandas de aumentos salariales y mejoras laborales.

Lo único que han recibido como respuesta es el silencio y el desprecio del gobernador saliente, y la indiferencia del gobernador electo, José Manuel De la Sota, que no ha atinado a alentar ninguna propuesta de solución frente a un problema que ya afecta seriamente el sistema de salud en esa provincia.

Al mismo tiempo, en la Capital Federal los trabajadores de Salud de esa ciudad y de la provincia de Buenos Aires organizados en ATE y FESPROSA nos movilizamos solidariamente frente a la Casa de Córdoba para respaldar esta legítima protesta y, obviamente, como lo estaban haciendo los compañeros en Córdoba, también aquí hubo un corte de la avenida Callao.

Esta acción es una más de las muchas movilizaciones, cortes de calle y protestas que los trabajadores venimos realizando. Los trabajadores del CONICET, la semana pasada, tuvieron que volver a realizar después de meses un nuevo paro de 48 horas para lograr lo que al final consiguieron: una mejora en su situación salarial. Y para poder empezar a discutir la grave situación de precariedad laboral que padecen los trabajadores científicos de ese organismo.

El miércoles también los jubilados volvieron -ya van más de mil marchas- a concentrarse frente al Congreso de la Nación para reclamar su legítimo derecho a percibir el 82% móvil en sus jubilaciones.

O sea que, sin ninguna duda, son muchas las demandas que siguen estando presentes en nuestra Argentina, y entonces es esta la mejor respuesta que, en los hechos concretos, se le puede dar desde los trabajadores al reciente planteo de la presidente de la Nación. Que por un lado quiso ridiculizar y por otro ilegitimar el mecanismo del corte de calle y la movilización, mandando a los manifestantes a movilizarse sobre las veredas.

Señora Presidente: lo que jode no son trabajadores movilizados y cortando las calles, lo que jode es la injusticia. Como en el caso del veto que padecieron los jubilados a su logro de haber obtenido el 82% móvil; en el caso de los trabajadores del CONICET que durante semanas han tenido que manifestarse para lograr su objetivo; en el caso de quienes logran concretar acuerdos paritarios y después es el propio Ministerio de Trabajo el que impide que esos acuerdos se implementen... Son estas cuestiones las que es necesario resolver en nuestra Argentina.

Lo que jode es la impunidad que todavía subsiste sobre los 14 crímenes que se produjeron ante situaciones de protesta social, entre fines del año pasado y la primera mitad de éste.

Lo que jode es que en vez de preocuparnos por alentar la participación popular y resolver los problemas de nuestro pueblo, se vaya construyendo desde los más altos niveles gubernamentales la idea del control social, y no la idea de la profundización de la participación democrática.

La pregunta que uno se hace frente a estas declaraciones, en que la propia Presidente quiere ilegitimar las justas demandas de los trabajadores, es el por qué. Por qué este discurso, en vez de garantizar que no exista impunidad frente a los 14 crímenes en movilizaciones populares en distintos lugares del país, en muchos casos producidos por las propias fuerzas de represión gubernamental.

Por qué la Gendarmería, en vez de estar cuidando las fronteras de nuestro país y garantizando que no sigamos siendo un colador frente a la ofensiva de las mafias narco, está más ocupada en garantizar el control social que en resolver los problemas de fondo en nuestro país.

Esperamos que no vuelvan a repetirse propuestas ridículas como las que en algún momento hacía el periodista Rolando Hanglin, de crear un “Protestódromo” para que allí se vayan a manifestar los ciudadanos que reclamen justas demandas irresueltas e insatisfechas, en nuestro país. O sea: cristalizar las necesidades de nuestro pueblo, alojarlas en un lugar marginal y obviamente no dar respuestas ni soluciones.

Esperemos que no se le ocurra a nadie repetir ese tipo de propuestas tan ridículas y tristes.

Estamos en un tiempo en que es necesario avanzar en la solución de los problemas concretos. Estamos en un tiempo en que es necesario, frente a la crisis que se avecina, no ejercer mayor control social sino ejercer mecanismos para que los sectores más concentrados de nuestra economía, los que están alcanzando altísimas tasas de ganancia aún en la crisis, aporten lo que tienen que aportar.

Es muy importante que se haya terminado con estos subsidios al pago de servicios que tenían los bancos, los grandes centros comerciales, las empresas energéticas, en su mayoría todas multinacionales. En realidad es una vergüenza que persistieran todavía ese tipo de subsidios. Como persiste el subsidio por no pago del impuesto a las ganancias que hoy tienen los bancos. Como persisten los impuestos irrisorios que las mineras a cielo abierto, como la Barrick Gold, siguen pagando en nuestro país.

Son estas las cosas de las que hay que preocuparse frente a la crisis. No empezar a hacer un discurso que ponga el acento en el control social, en la limitación de la protesta, sino construir un discurso que aliente la participación popular, la profundización de la democracia, la resolución concreta de las urgentes necesidades de nuestro pueblo, y achicar esas ganancias extraordinarias que los grandes grupos concentrados, fundamentalmente multinacionales, siguen usufructuando en nuestro país.

No hay comentarios:

Publicar un comentario