miércoles, 13 de julio de 2011

Secretos de la economía entrerriana puesta al servicio de EE.UU.


Qué aplaudimos los siervos de Cargill.


por Tirso Fiorotto.
Poderosos grupos multinacionales como Cargill lograron ingresar con sus propagandas a las aulas. Con planes filantrópicos en apariencia buscan consolidar sus privilegios. Las “fundaciones” inventadas por este trust, y otros como Walmart, Monsanto, Louis Dreyfus, YPF, Nidera, Flechabus, Telecom, Ledesma, Bunge&Born, Cresud, Adecoagro ocultan detrás de una pretendida beneficencia el rostro de los monstruos de la economía regional que, con el propósito de mejorar sus imágenes, están al acecho de los niños. La penetración en la escuela pública, con anuencia de las autoridades, es el lado más inquietante de la avanzada contra la biodiversidad y la soberanía. ¿Cuál es el lazo de la simpática Old Christine con la soja entrerriana?

Los fondos de las mineras contaminantes para las universidades son apenas un ejemplo del modo con que los popes del capitalismo se asientan y neutralizan a sus adversarios. Cierta resistencia popular ayudó a difundir esa maniobra.

La minera La Alumbrera se muestra, desde sus órganos de propaganda, como una madre ejemplar que cuida de su familia, de las escuelas, los obreros, las mamás, la naturaleza... Allí se comprueba que la propaganda no abreva en las fuentes de la verdad, y que la compra de conciencia no es una exclusividad de los partidos políticos.

Las nuevas fórmulas, en las operaciones de maquillaje que les desarrollan a los grupos poderosos sus asesores en imagen, apuntan a los flancos más débiles en los que los gobiernos exhiben su ausencia de planes de reforma profunda y hasta su desconcierto. La escuela se pone, entonces, en la mira.

Los dueños y gerentes de las estadounidenses Cargill, Walmart, Monsanto, Dreyfus, como otras firmas europeas o “argentinas” (que son principales beneficiarias del régimen de privatizaciones y concentración de riquezas en pocas manos), se dejan fotografiar en actitudes filantrópicas. Y el modelo inquieta cuando el aplauso retumba en las aulas.

Es que la educación resulta una presa codiciada para la propaganda de banqueros, terratenientes, petroleros, proveedores, hipermercadistas y otros trust, y los brazos ejecutores son las llamadas “fundaciones”, con las que estos sacerdotes del capitalismo sacan patentes de buenos.

En eso cobran relieve también algunos apellidos bien conocidos de la aristocracia/oligarquía nativa: Fortabat, Blaquier, Werthein, Elsztain, Derudder, Pereda Born, Grobocopatel, Esquenazi, Herrera de Noble, porque también Clarín va a la escuela.

A la escuela le siguen el hospital, el área natural, la cultura. Y cualquiera que no conozca la verdadera trama perversa del poder oligarca de la Argentina, el poder que ha convertido a Entre Ríos en una provincia expulsora de sus hijos por falta de oportunidades de trabajo, caerá en la tentación de aplaudir también las caridades de sus “fundaciones”.

Mediante el concurso “Rincón Gaucho” para chicos de la primaria, con premios en libros y viajes, Cargill entra por la puerta oficial de las escuelas como benefactora.

Las actividades de la Fundación Cargill incluyen la donación de materiales de construcción y reparación de escuelas, donación de equipamiento, materiales didácticos, becas, donación de equipamiento y medicinas para centros de salud carenciados... Desde 2002, la Fundación Cargill lanzó un programa con el propósito de incentivar la lectura en las escuelas: el Plan de Incentivación de la Lectura -PIL-.

La escuela debiera estar para desnudar a Cargill, para desentrañar el régimen que la sostiene monopolizando las exportaciones de granos y aceites, señalando sus lazos con Monsanto, Walmart, Dreyfus, y en vez de eso la arropa con una imagen de promotora, de generosa, altruista. ¿Cómo remontar esa imagen? ¿Cómo explicar entonces el tractorazo que le dedicaron los productores, las denuncias en distintos países por destrucción del ecosistema, o las investigaciones por fraudes en las liquidaciones de retenciones?

Aplaudir a los verdugos
“Los valores culturales de Cargill trascienden sus negocios”, informa la multinacional estadounidense. “Uno de los pilares de nuestra cultura es el de promover el mejoramiento de la calidad de vida en las comunidades donde estamos presentes”, insiste.

Los aportes de Cargill se orientan también “al Programa de la Asociación ‘Responde’ (Recuperación Social de Poblados Nacionales que Desaparecen), llamado ‘Pueblos Auto-sustentables con Fórmula Agroalimentaria Nutricional’”. De esta manera, las empresas del mundo rico promotoras y beneficiarias del régimen que provoca el éxodo (desierto verde), la reducción del número de explotaciones y la concentración de la propiedad y el uso de la tierra, por otro lado prometen soluciones para aliviar en apariencia los efectos del sistema. Ignorantes de la trama, muchas poblaciones aplauden, agradecidas, a sus verdugos.

Walmart no se queda atrás. La firma que es propiedad de los hermanos Walton, los más ricos del planeta, recuerda en su propaganda que con el avance de las tecnologías y su impacto en la vida cotidiana “se vuelve necesario incorporar a la educación de los más jóvenes la alfabetización científico-tecnológica. Es por eso que Walmart Argentina, reconociendo la importancia de la educación en este segmento, lanzó ‘Educar para vivir mejor’, una campaña educativa científico-tecnológica dirigida a la capacitación docente y a la transmisión de conocimientos teórico-prácticos para chicos de escuelas de las comunidades en donde la compañía tiene presencia”.

Es por esta vía que las multinacionales se meten en las aulas. A través de la campaña, que cuenta con la certificación de materiales por parte de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), las 16 escuelas beneficiadas (incluso una de Paraná) recibieron herramientas para las prácticas didácticas. “Estamos orgullosos de acompañar a las jóvenes promesas del país en su educación, adaptándonos a las últimas tendencias y requerimientos del mercado (sic)”, afirmó Hernán Carboni, director de Relaciones Institucionales de Walmart Argentina.

¿Y Monsanto? “La Fundación Monsanto (Monsanto Fund) es el brazo filantrópico de la empresa con base en Estados Unidos. Provee fondos para el desarrollo de programas sociales en todos los países donde Monsanto tiene presencia comercial... para la puesta en marcha de distintos programas relacionados con: Educación, Salud y Nutrición y Medioambiente”.

“Desde Junio de 2008 Monsanto asumió públicamente el Compromiso de Agricultura Sustentable” con el que se propone desarrollar semillas “mejoradas”, conservar los recursos, y “contribuir a mejorar la calidad de vida de los agricultores”.

Monsanto está acusada de intentar apropiarse de los germoplasmas, de envenenar el suelo y el agua con productos que dañan los embriones y provocan malformaciones, de generar un sistema en el que la propia multinacional obtiene las mayores ganancias y los productores se convierten en sus dependientes, pero mediante la fundación intenta darse una imagen de promotora de la educación y la biodiversidad. “Rita tiene 18 años, vive en Pergamino con su familia y está empezando la carrera de Arte y Diseño Gráfico en la Universidad del Noroeste. Sin embargo hace 3 años se encontraba en riesgo de abandonar la escuela porque su familia no contaba con recursos. Fue por ese entonces que se enteró de la convocatoria que estaban haciendo en su escuela Cimientos junto a Fundación Monsanto para otorgar becas escolares... Muchos chicos como Rita quieren estudiar. Por ello durante este año la Fundación Monsanto seguirá apoyando y acompañando la educación de 49 alumnos de bajos recursos socioeconómicos de nuestra ciudad”... El objetivo es claro.

Los dueños de YPF no se quedan atrás: “El Programa de Fortalecimiento de la Educación Técnico Profesional, Fundación YPF, inauguró obras realizadas en escuelas técnicas de la provincia (de Santa Cruz) en un acto desarrollado en la escuela IPEM 4-106 IV Brigada Aérea de Las Heras, lo cual pone de manifiesto su permanente compromiso con la educación”. Eso se lee en la información sobre la Fundación YPF que dirigen la familia Esquenazi, accionista de YPF Repsol y del Banco de Entre Ríos, entre otras muchas empresas privatizadas. “Desde su creación, en 1996, la Fundación YPF promueve y lleva adelante propuestas de carácter educacional”. La tendencia es clara: generar imagen mediante una incursión en las escuelas. Las becas constituyen otro canal fuerte.

Flechabus con los necesitados

La holandesa Nidera también anda en eso a través de la División Nutrientes y Protección de Cultivos. Masisa, de capitales estadounidenses, promociona la buena onda de sus socios a través de reservas naturales. ¿Y Flechabus? La empresa que fagocitó decenas de pymes entrerrianas del transporte y casi monopoliza los servicios de media y larga distancia de la Argentina, con los favores de los sucesivos gobiernos y recursos de origen para estudiar, se promociona de este modo: “son innumerables las cartas de agradecimiento que a diario recibe Flechabus por el traslado de donaciones o de grupos de ayuda o personas con capacidades especiales. Estas acciones forman parte de la gestión que la compañía viene realizando desde hace años... que tiene como objetivo ayudar a los más necesitados”.

Cuando Flechabus celebró sus 50 años en una fiesta, Raúl y Guillermo Derudder anunciaron la creación de la Fundación Flechabus, con la misión (vaya casualidad) “de contribuir con la educación en todo el país”.

Algunos de estos grupos poderosos se integran en esas “fundaciones”. Como ocurre con Masisa, Flechabus, Banco Hipotecario, Coca Cola y otros en el Consorcio Naturaleza que administra áreas naturales en Entre Ríos.

Pero son las escuelas los objetivos principales de las fundaciones de los grandes grupos. “A partir de una iniciativa conjunta de la Fundación Educando y Telecom, jóvenes y adultos están recibiendo capacitación gratuita en nuevas tecnologías... Telecom impulsa esta iniciativa como parte de su programa con eje en la educación. Dentro de las iniciativas de Telecom en este campo se destacan los programas Telecom Profesores para el Futuro (junto a la UTN Facultad Regional Buenos Aires) y Sentidos Conectados e Identidad.ar, con los que se benefició a 14.957 docentes y más de 4.490 escuelas en todo el país”.

Telecom es uno de los grupos concentrados más fuertes que operan en Entre Ríos. Los Werthein, terratenientes, banqueros, propietarios de empresas como Cachamai, accionistas de Telecom, tienen muy buenas relaciones con el gobierno actual, como las tuvieron con los anteriores.

Desapariciones y cultura
Y Blaquier, lo mismo. Carlos Pedro Blaquier, el dueño del Ingenio Ledesma, que tiene en Entre Ríos más de 27 mil hectáreas sólo en la estancia Centella (entre Concepción del Uruguay y Gualeguaychú), otras 40.000 en Jujuy, otras 24.000 en Buenos Aires, varias industrias, y no es de ocultar los lujosos yates de su norme patrimonio, también ha logrado el aplauso, lo mismo que su ex esposa, Nelly Arrieta.

Entre el 20 y el 27 de julio se cumplen 35 años de la Noche del Apagón, en que represores y empresarios trabajaron juntos en 1976 en Jujuy para perseguir y secuestrar obreros luego desaparecidos. Con la complicidad de miembros del clero.”Entre otras importantes obras de bien –se lee en una nota de aplauso-, Ledesma ha donado a la Provincia de Jujuy tres hospitales totalmente equipados”...

La firma Tres Arroyos no se queda atrás, en la filantropía. Su presidente, Joaquín De Grazia, conocido por alguna adicción a los subsidios estatales (no sólo por los campos de Santa Elena que la provincia les regaló), es miembro de la Fundación Producir Conservando, que integran Tres Arroyos, Cargill, Monsanto, Nidera... para qué decir más.

Bunge y Born, presente
Una de las estancias más conocidas, de más de 30.000 hectáreas, frente a Botnia en Gualeguaychú, es El Potrero (El Potrero del arroyo San Lorenzo), comprada hace pocos años por Marcos Pereda Born. El Potrero, como Centella, fueron estancias que pertenecieron a los esclavistas García de Zúñiga, luego a Urquiza, y que pasaron a manos de familias de alcurnia (Álzaga, Unzué, Blaquier). Y bien, los poderosísimos propietarios actuales también están presentes en el mundo de la filantropía a través de la pareja de Marcos y Azul García Uriburu Álvarez de Toledo, sin contar a la Fundación Bunge y Born que tiene “el objetivo de colaborar en la mejora de la calidad de la oferta educativa”.

Los docentes entrerrianos no están ausentes: “Cuatro directores de escuelas rurales de Entre Ríos realizaron en la sede de la Fundación Bunge y Born, en Buenos Aires, el curso de verano ‘Herramientas de gestión para directores y supervisores en contextos rurales’... es una iniciativa del Programa Sembrador de ayuda a 750 escuelas rurales que llevan adelante la Fundación Bunge y Born y la Fundación Pérez Companc, quienes financian los gastos que ascienden a $5.700 por participante”.

El grupo Bunge se había quedado con la estancia El Supremo, de más de 12.000 hectáreas, cerca de Gualeguay, que pertenecía a Amalia Lacroze de los Reyes Oribe de Fortabat, conocida como Amalita Fortabat.

Estancias del Sud continúa con otras propiedades rurales, claro, porque Amalita vendió Loma Negra (cemento) pero sigue con los negocios agropecuarios en Entre Ríos (Gualeguay) y otras provincias a través de Estancias del Sud. Dedica su tercera edad a las actividades sociales. Como los Álzaga, Unzué y Blaquier, Amalia también desciende de próceres, en este caso como bisnieta del oriental Manuel Oribe, y ha puesto los ojos en lo educativo también: “la Fundación Amalia Lacroze de Fortabat tiene por objeto promover, participar, estimular, intervenir, y realizar toda clase de iniciativas u obras de carácter educacional, cultural, artístico, benéfico, social, deportivo, filantrópico”.

Douglas Tompkins, el magnate estadounidense, con campos en Santa Elena (Laguna Blanca) y Feliciano, también dedica su vida al altruismo. Eso dice. A través de la fundación The Conservation Land Trust –CLT-, destina fondos para preservar la naturaleza y es cierto que sus actividades generan sospechas y también adhesiones. No deja de ser un caso raro.

Tompkins y Salentein
“CLT está dedicada a la creación y expansión de parques nacionales o provinciales para asegurar la perpetuidad de los procesos ecológicos y la evolución con las máximas garantías posibles. CLT también financia programas de protección de la vida silvestre”, dicen Douglas y su esposa Kris.

Farming Salentein tiene, por su parte, las estancias San Ernesto, El Durazno, San Luis, Estancia Nueva, Las Colas, San Pedro, Los Laureles, Las Matreras, de más de 25.000 hectáreas en Entre Ríos. La Fundación Pon, creada por el matrimonio holandés de Ingrid y Mijndert Pon, se ocupa de las aristas sociales.

Eduardo Elsztain (Banco Hipotecario, Irsa, Cresud, varios de los principales shoping del país), y su hermano Alejandro, socios de los capitalistas más influyentes del mundo occidental (como ellos mismos), muestran su lado “espiritual” con fundaciones que ayudan principalmente en... la educación.

Estos magnates son dueños también a través de la firma Cresud de la estancia San Pedro que perteneció a Urquiza y a sus descendientes hasta 2005. Elsztain es uno de los empresarios más ricos de la argentina. Se lo llama “el dueño de Buenos Aires”, “el dueño de la tierra”, posee centenares de miles de hectáreas y arrienda otro tanto.

Como varios de sus pares, ha mantenido y mantiene relaciones de amistad con los gobernantes.

“Creada en 1996, la Fundación Irsa se propone apoyar y generar iniciativas relacionadas con la educación... Contribuir a la educación de calidad ha sido, desde sus inicios, el pilar de trabajo de la Fundación Irsa”, dice su página. La educación, siempre en la mira. Y lo mismo en otras fundaciones vinculadas.

Los grupos concentrados, monopolios, oligopolios, trust, pooles, todos quieren entrar en la escuela y en diversas áreas sensibles del pueblo. Clarín va a la escuela, ¿la escuela quiere que entre Clarín?

La pregunta no es un juego: Clarín, Cargill, Monsanto, y los bancos y los grupos concentrados mencionados, entre otros, sostienen el sistema de agricultura actual, del que el estado nacional obtiene recursos crecientes.

Trabajan por el lucro, dicen que trabajan por la... educación.

Christine, toda simpatía
La estadounidense (ex suizo francesa) Louis Dreyfus recibe parte de la soja cultivada en el territorio entrerriano (en gran medida por pooles de afuera), y se convertirá pronto en la mayor productora de biodiesel del país. Una de sus subsidiarias, Calyx Agro, busca apoyo mundial para la adquisición de tierras en esta región del orbe. Incluso del Banco Mundial. Y con la complicidad de los gobiernos que desde hace una década, por lo menos, cajonean todos los proyectos que han intentado limitar y revertir la extranjerización.

La firma multinacional también cultiva su arista de altruismo mediante del Banco de Alimentos. Una de sus dueñas, la simpática y bella y excelente actriz Julia Louis-Dreyfus (Elaine en Seinfeld, Old Christine), ingresa al hogar de los entrerrianos por la pantalla de la televisión cada día y quizá ni ella misma conozca la conexión directa de su empresa multibillonaria con el paisaje verde oscuro, monocolor, que predomina de noviembre a marzo en las lomadas entrerrianas.

Dice la propaganda del grupo liderado por Louis Dreyfus: “Calyx Agro se convertirá en la mejor opción de inversión en tierras para agricultura en América Latina”. Es decir, mientras los pueblos gritan por un pedazo de tierra donde vivir y producir, mientras se cajonean los proyectos, las multinacionales avanzan. ¿Quién es el gerente general de Calyx Agro? “Axel Hinsch - CEO: Director para Latinoamérica de Renessen LLC, UTE de biotecnología agrícola entre Cargill y Monsanto. Operador financiero de Cargill Financial Services para la negociación de instrumentos de deuda brasileña y argentina y otros activos de renta fija. Desarrollo de nuevos negocios para Cargill en América Latina (puertos, privatización de ferrocarriles, maltería, planta de jugo concentrado”.

A la relación Dreyfus, Cargill, Monsanto, bien aceitada, sólo le falta aquí Walmart (estadounidense con productos chinos) para mostrar al desnudo el capitalismo globalizado acaparando el mercado argentino y bien prendido en Entre Ríos.

Los Grobocopatel, Cresud, Adecoagro (Soros), El Tejar, integran con otras firmas mencionadas un selecto grupo de la oligarquía argentina en relación directa con las multinacionales, principales beneficiarias del sistema. En el lanzamiento de El Tejar (que acapara tierras en la Argentina, Uruguay y Brasil), se lee: “la firma lleva adelante convenios con distintas escuelas de las zonas donde produce”.

Líder en el amor al prójimo y a la educación, el gran capital no se detiene.

La Chinita, agradecida
La Reserva Natural “La Chinita”, de Villaguay, recibió por ejemplo “una importante donación de la Fundación Cargill”: mil metros de tejido con postes de hormigón. La municipalidad local mandó a sus obreros para colocarlos en el predio del estado, pero los aplausos se los llevó Cargill, el nombre que, con Monsanto, Walmart y otra decena de firmas, sostiene el actual sistema de producción a escala de porotos en la región, echo a la medida de los grupos concentrados.

En el agradecimiento municipal se hizo notar que la Fundación Cargill “tiene dentro de sus objetivos el de patrocinar a instituciones que trabajen con el cuidado de nuestros recursos naturales”.

Si no fuera por la aclaración previa, el lector podría creer que se trata de la Asamblea Ambiental de Colón, del Foro Ecologista de Paraná, pero no: es Cargill.

Los villaguayenses aclaran luego: “si bien el tejido perimetral instalado cubre más del 60% del predio, se envió una nueva solicitud para cubrir los 400 metros restantes con lo que quedaría cercada toda la Reserva”. Y completan: “La Municipalidad de Villaguay expresa un profundo agradecimiento a la Fundación Cargill por la importante donación recibida”.

Fuente: Voz Entrerriana

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