martes, 19 de julio de 2011

Argentino y Peronista


19 de Julio
En un nuevo aniversario de su fallecimiento
Escrito por Envar "Cacho" El Kadri en el año 1993.

El 19 de septiembre de 1968, el día en que moría John William Cooke, un grupo de jóvenes peronistas éramos detenidos en Taco Ralo, Tucumán, preparando una guerrilla contra la dictadura de Onganía y por el regreso de Perón. Aquella derrota sirvió de catalizador a una lucha revolucionaria en la que miles de jóvenes dieron Io mejor de sí por transformar la realidad política, social y económica de nuestro país.

Esta parte de nuestra historia es prácticamente ignorada por las nuevas generaciones que, sin embargo, demuestran su interés por conocerla, a juzgar por el éxito de "Tango Feroz", donde la rebeldía de "Tanguito" se da en el contexto de aquella resistencia.

En esta época de "post modernidad", hasta la palabra "revolucionarios" suena mal, tan desvalorizada frente al fracaso de "los socialismos realmente existentes", el auge del "fin de las ideologías" y esos espejitos de colores con que quieren hacernos aceptar que "pobres habrá siempre".

Pero hace un tiempito nomás, nuestro país fue capaz de parir una generación de luchadores por un mundo "sin explotadores ni explotados", de signos diversos y hasta contradictorios, pero de una capacidad de entrega y pasión por sacudir las injustas estructuras de la dependencia, que nos debe hacer sentir orgullosos a todos.

Fueron necesarios los métodos de represión del Terrorismo de Estado para hacerla desaparecer físicamente e intentar "borrarla" de la memoria histórica, por miedo a que su ejemplo le sirviera a los jóvenes para saber que se puede y se debe 'luchar para transformar la realidad.

A este borrón represivo han contribuido también las actitudes negadoras de aquellas luchas, tanto de algunos de sus protagonistas, sostenedores hoy de los valores contra los que se rebelaron, como de una dirigencia que muestra como única forma de participación política, este cambalache de corrupción y marketing electoral, donde lo único que importan son "los puestos".

Pero "si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra Historia", que no es perfecta, ni lineal, ni sin contradicciones. Pero que tiene una dignidad y una fuerza que, de ser asumida por los dirigentes más consecuentes, movilizaría más a nuestra juventud que las meras invocaciones electorales.

Hace 25 años, frente a una dictadura militar que disolvió el Congreso, avasalló la democracia, intervino las universidades, explotaba al pueblo y entregaba el país, tomamos las armas.
Hoy rescatar la experiencia de aquellas luchas y derrotas, debería permitirnos encontrar formas participativas de solidaridad, organización y memoria, para asumir sin sectarismos, el compromiso que muchos de los que participamos entonces seguimos asumiendo, por una democracia con justicia social, que honre los ideales por los que miles de compañeros dieron su vida.

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